La derrota política de Onalia Bueno: un camino sin rumbo hacia el 2027

Onalia Bueno, se encuentra en un momento crítico de su carrera. Su sueño de consolidar una posición fuerte para las elecciones de 2027 parece haberse desvanecido en un mar de problemas internos y desconfianza externa. A pesar de sus esfuerzos por crear un nuevo partido político, "Somos", la realidad es que este proyecto está vacío, carente de seguidores y sin el respaldo necesario para influir en el panorama político regional.

La ruptura de Bueno con Coalición Canaria, el partido que en su momento la impulsó, ha sido un punto de inflexión en su carrera. Las desavenencias públicas con la agrupación son un reflejo de su frustración por no recibir un puesto de relevancia dentro del partido. Coalición Canaria, un partido con una fuerte tradición y estructura, ha optado por no ofrecerle el protagonismo que Bueno esperaba. Esta decisión ha dejado a Bueno en una situación precaria, obligándola a buscar alternativas que no han dado los frutos esperados.

En un intento por ganar influencia, Onalia Bueno decidió fundar "Somos", con la esperanza de atraer a alcaldes municipalistas y formar un bloque sólido para futuras negociaciones a nivel regional. Sin embargo, este plan se ha encontrado con un escepticismo generalizado. Los alcaldes municipalistas, quienes Bueno esperaba que se unieran a su causa, han mostrado una clara reticencia. La desconfianza en sus intenciones y su capacidad de liderazgo ha sido un obstáculo insuperable, y el partido "Somos" permanece como una entidad casi fantasmagórica, sin afiliados ni poder real.

Internamente, el panorama tampoco es favorable para Bueno. Dentro de su propio círculo político existen luchas internas significativas. Estas tensiones, lejos de ser controladas, están creciendo y se asemejan a una bomba de relojería que podría explotar en cualquier momento. Los desacuerdos y la falta de cohesión dentro de su partido son problemas que amenazan con desmantelar cualquier intento de avanzar en sus ambiciones regionales.

Frente a este escenario, Onalia Bueno se encuentra en una encrucijada. La promesa hecha a los habitantes de Mogán, de no presentarse nuevamente como candidata, es un compromiso que ahora pesa sobre sus hombros. Sin un partido sólido, sin el respaldo de Coalición Canaria y con un nuevo proyecto fallido, las opciones de Bueno son limitadas. La posibilidad de seguir "llorando de un lado a otro", buscando quién se arrime a su causa, parece más probable que nunca.

La trayectoria de Onalia Bueno, marcada por ambiciones y desavenencias, parece acercarse a un desenlace inevitable. Su incapacidad para consolidar "Somos" como un partido viable, junto con la falta de confianza de los alcaldes municipalistas y los conflictos internos no resueltos, han debilitado su posición política de manera significativa. La promesa de no volver a presentarse en Mogán, sumada a la falta de alternativas claras, la coloca en una situación sin salida aparente.

La ruptura con Coalición Canaria, un partido que alguna vez la apoyó, y el fracaso en atraer a nuevos aliados, han dejado a Bueno aislada en el escenario político. Sin el respaldo necesario y enfrentando luchas internas dentro de sus propias filas, su capacidad para influir en la política regional se ha erosionado notablemente.

No solo Onalia Bueno está enfrentando un posible final en su carrera política, sino también algunos de sus compañeros de filas, que han estado ligados a su liderazgo y decisiones. La falta de un liderazgo cohesionado y una visión estratégica clara han debilitado la estructura del partido y, con ello, las perspectivas de futuro de aquellos que la han acompañado.