El parricida de 40 años, identificado como Esteban G., confesó haber matado a su madre de 78 años en la vivienda que ambos compartían en el diseminado de Siete Puertas, entre San Lorenzo y Tafira Alta (Las Palmas de Gran Canaria). Tras apuñalarla varias veces en el pecho, llamó al 092 de la Policía Local alrededor de las 21:00 horas para confesar el crimen.
Cuando llegó la patrulla, el hombre, que se mostró totalmente colaborador, los esperaba en las inmediaciones del barranco del Guiniguada y volvió a admitir su autoría. Según relató a los agentes, llevaba años convencido de que su madre le hacía “brujería” y afirmó que “ya no podía más”. Declaró también que le “costó” matarla. Actualmente se encuentra ingresado en Psiquiatría.
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