La exposición de imágenes, contenidos explicativos e infografías puede contemplarse a la entrada de la sede del Cabildo
La muestra asoma a estructuras poco conocidas, caso de los lagares y bodegas excavadas en los sustratos naturales
La historia se lee, se mira y se prensa. El Cabildo inauguró este jueves la exposición ‘Arqueología del vino de Gran Canaria’, una muestra que “sumerge en las arquitecturas más antiguas de la industria vitivinícola insular”, según explicó esta mañana el presidente del Gobierno de la isla, Antonio Morales, en la presentación junto al consejero de Presidencia, Teodoro Sosa, y el director insular de Patrimonio Histórico, Juan Sebastián López.
La actividad ha sido impulsada por el Servicio de Patrimonio Histórico del Cabildo de Gran Canaria y consta de una serie de lonas que pueden contemplarse a la entrada de la sede del Gobierno de la isla, además de complementarse con un folleto explicativo que profundiza en los contenidos y en imágenes de alta calidad que se proyectarán en bucle en una pantalla de grandes dimensiones.
El proyecto ha contado con el asesoramiento del doctor en Arquitectura Javier Solís, que realizó su tesis en un trabajo extenso y profundo sobre la historia y características constructivas de las prensas y lagares de la isla. Además, el 14 de enero, a las 18.00 horas, ofrecerá una conferencia en el Patio del Cabildo con entrada libre y gratuita hasta completar aforo.
Las imágenes son de Orlando Torres Sánchez y de la FEDAC del Cabildo, concretamente del Archivo de Fotografía Histórica y de la Carta Etnográfica de Gran Canaria. El diseño lleva la firma de Sergio Hernández Peña, las ilustraciones de Javier Solís y Alberto Hernández Rivero, y la infografía de Elya Llarena.
El presidente del Cabildo destacó también la importancia creciente del cultivo y de la cultura del vino en Gran Canaria y el refuerzo del apoyo al sector por parte del Gobierno insular. En la actualidad, recordó, es la única isla que crece en número de hectáreas cultivadas.
La exposición enfatiza que el cultivo de la vid ha construido a lo largo de los siglos unidades del paisaje cultural de Gran Canaria, en laderas de parrales, lagares, bodegas, así como un rico patrimonio inmaterial, que se añade al material, relacionado con el manejo y producción del vino en la Isla.
La muestra selecciona una parte de la arquitectura del vino, vinculada al patrimonio cultural, y se ocupa de las industrias más primarias y antiguas que se construyeron aprovechando y adaptando las capacidades técnicas, económicas y ambientales del territorio. En concreto, se centra en lagares excavados en los sustratos naturales, en roca, que son poco conocidos, pero que presentan un especial interés por su singularidad y modos de prensa de la uva.
La mayor parte de las estructuras de lagares excavados se localizan en la Caldera de Tirajana, siendo uno de los más monumentales el ubicado en el Barranco del Caidero, próximo a los Sitios de Abajo en San Bartolomé de Tirajana, en la ladera Norte del macizo de Amurga, donde se conserva completa el lagar y lagareta del complejo.
Otra de las piezas, quizás la más importante de esta arquitectura, se sitúa en el sitio de Las Cuevas de Ortega, en el municipio de Las Palmas de Gran Canaria, donde además de conservarse el lagar de prensa, existe lo que puede denominarse como un endemismo etnográfico, ya que el mosto que salía de la prensa llegaba hasta unos grandes silos excavados en el subsuelo, para su primera maduración y fermentación. Y la bodega también estaba excavada en cueva.
Un capítulo propio de esta arqueología del vino lo conforman estructuras de pequeño tamaño que han sido localizadas en distintas fincas, destinadas a producciones familiares de autoconsumo. Para interpretar la mecánica de prensa de estas ingenierías histórica, se utilizaron técnicas de simulación que permiten conocer los detalles funcionales de estas construcciones del patrimonio cultural y agroambiental de Gran Canaria.
Para una visión más completa de esta evolución tecnológica, se han incluido algunos lagares importantes de la comarca de Bandama y Tafira, donde se concentró y se mantiene en activo este capítulo de la historia del vino en Gran Canaria.














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